6. El agua

Última modificación: 21-04-2021

El agua es el elemento principal del acuario, por esta razón es muy fácil caer en alguno de estos extremos: ignorar su importancia o obsesionarse con ella.

Existen unos parámetros químicos y de composición del agua que deben estar dentro de unos rangos concretos que son bastante amplios y muy similares para todas las especies de plantas y animales, incluido el hombre.

No es casualidad, todos los seres vivos tenemos una constitución muy similar, realizamos básicamente los mismos procesos bioquímicos y presentamos una adaptabilidad a las variaciones en el medio que nos ha permitido evitar la extinción.

Además, los cambios bruscos en estos parámetros no tienen efectos negativos siempre que se mantengan en los rangos aceptables. Es lo que ha hecho posible que la vida se extienda y perdure durante miles de años.

A continuación veremos que los requisitos del agua son mucho más obvios y flexibles de lo que tal vez habíamos imaginado.

En la foto podemos observar algunos elementos clave para la buena salud del acuario.

Acuario
Tropical del Palacio de la Puerta Dorada, París
Acuario Tropical del Palacio de la Puerta Dorada, París.

Las unidades (PPM)

En acuariofilia se usan los ppm para medir porcentajes muy pequeños que es lo habitual. La encontraremos frecuentemente en los tests y en la literatura dedicada por lo que conviene entender cómo se usa y lo que significa.

Aplicado a la masa 1 ppm sería equivalente a 1 mg/Kg y aplicado a masa por volumen sería 1 mg/l. Como 1 l de agua pura pesa 1 Kg la equivalencia es exacta para el agua pura y casi exacta para el agua del acuario. En porcentaje, 1 ppm equivale a un 0,00001%, para que nos hagamos una idea de los porcentajes tan pequeños que representa.

Por ejemplo, si añadimos 1 mg de una sal a 1 l de agua pura tendremos una disolución de 1 ppm de sal. Si en su lugar añadiéramos 1 g de sal tendríamos 1.000 ppm de sal.

Requisitos del agua

No es difícil conseguir agua apta para el acuario, casi cualquier agua potable a nuestro alcance cumple las condiciones necesarias para el acuario, con algunas consideraciones.

El agua corriente contiene normalmente cloro y en algunos casos también cloraminas que son perjudiciales para los seres vivos acuáticos. Usaremos un acondicionador de agua que indique específicamente que neutraliza cloro y cloraminas para tratar el agua antes de usarla en el acuario.

La presencia de metales en el agua potable suele ser siempre muy baja debido a que está regulada para nuestra salud. Además, la solubilidad de los metales es bastante baja a un pH de 7 o más que es lo habitual en el agua potable.

En algunos casos podríamos tener contaminación con niveles de cobre que pueden ser perjudiciales para los seres vivos acuáticos pero no para los humanos. No es lo habitual.

Podemos solicitar un análisis químico a la empresa de suministro de agua o preguntar por los niveles de cobre y la presencia de cloro y cloraminas. Ellos hacen periódicamente estos análisis y pueden darnos la información.

Si el agua tiene concentraciones altas de cobre, por encima de 0.1 ppm, sería aconsejable usar agua mineral embotellada en su lugar o mezclada con el agua corriente para rebajar las concentraciones.

Cualquier agua embotellada vale aunque son preferibles las que no son de baja mineralización ya que el acuario necesita los minerales que contiene el agua.

Se puede usar agua pasada a través de un filtro de osmósis para eliminar productos perjudiciales. Parece sencillo pero debemos asegurarnos de que el filtro funciona correctamente y cambiarlo periòdicamente cuando baje su rendimiento.

Además, el agua de osmósis tiene un bajo contenido en minerales, se le tendrían que añadir las sales minerales o mezclar con agua sin filtrar hasta alcanzar niveles aceptables.

A veces se crean más problemas de los que solucionan al intentar crear nuestra propia formulación de agua supuestamente perfecta por pensar que el agua corriente no es suficientemente buena. Es preferible dejar hacer a la naturaleza simplificando al máximo nuestra intervención y así evitaremos errores.

Esto es todo lo que nos debería preocupar respecto a la química del agua, darle demasiadas vueltas nos traerá más incertidumbre y problemas que beneficios.

Composición orgánica

El agua potable a la que tendremos acceso tiene una carga orgánica y bacteriana extremadamente baja. Pero en el acuario, los procesos biológicos de los seres vivos crean grandes cantidades de restos orgánicos que se disolverán y permanecerán en el agua si no hacemos algo.

Si estos restos orgánicos no son debidamente procesados enturbiarán el agua, posiblemente harán que huela mal, y favorecerán el crecimiento de microorganismos patógenos que pueden comprometer la salud de plantas y animales.

Ichthyophthirius multifiliis (Ich) al microscopio electrónico
Ichthyophthirius multifiliis (Ich) al microscopio electrónico.

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Autor: AquaTT.

Licencia: CC BY-SA 4.0

Para que esto no pase instalaremos un sistema de filtración que se encargará de mantener el agua en buenas condiciones. Sin duda, la parte más importante del matenimiento de un acuario.

A veces el agua corriente puede estar ligeramente coloreada por la presencia de algún metal. No tiene mucha importancia siempre que cumpla los requisitos descritos anteriormente. La coloración seguramente desaparecerá en el acuario al cabo de unas horas. Si queremos evitarlo podemos recurrir al agua embotellada.

La transparencia y ausencia de olores es el principal indicador de la buena salud del agua, por lo que debemos estar pendientes ante cualquier cambio que se produzca.

Acondicionadores de agua

Lo único que debemos esperar de un acondicionador de agua es que elimine el cloro y las cloraminas. Sin embargo los productos acondicionadores suelen anunciarse con otras muchas propiedades beneficiosas muy variadas.

Eliminar el cloro y las cloraminas es un proceso químico sencillo y barato, en cambio eliminar metales, amonio, nitritos así como tranquilizar y sanar a los peces no lo es en absoluto. No podemos esperar que echando un líquido en el acuario se puedan solucionar todos estos problemas.

Las pruebas independientes que se han realizado de estos productos no reflejan en absoluto los resultados que prometen. Aun así muchos usuarios lo creen y parece que actúa como efecto placebo para el comprador.

Cualquier acondicionador que elimine cloro y cloraminas es lo que necesitamos para tratar el agua del grifo antes de usarla en el acuario.

Conviene no guiarse solamente por el precio de la botella o el litro de declorador. Algunos están más concentrados que otros y nos permiten tratar más litros de agua con menos cantidad. Los envases de mayor tamaño también conllevan un ahorro considerable.

Cuando usemos uno de estos decloradores concentrados puede que necesitemos dosificarlos con una jeringuilla o un cuentagotas. Una gota son aproximadamente 0,05 ml. Con una gota de un declorador concentrado podemos tratar 2 l de agua. Con otro declorador menos concentrado necesitaríamos 10 gotas para tratar la misma cantidad de agua.

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