29. La química del agua
El agua posee algunas propiedades que afectan a la química de los elementos disueltos en ella y de manera indirecta a los peces y a las plantas.
En capítulos anteriores dijimos que los parámetros del agua no son tan importantes como normalmente se cree, y así es. Lo que veremos en este capítulo son los fundamentes para luego poder explicar el porqué, cómo y cuando usar los tests.
Seguiré insistiendo en usar los tests solo cuando sean necesarios y realmente nos puedan decir algo que necesitemos saber. De lo contrario estaremos perdiendo el tiempo y apartando nuestra atención de lo que realmente importa para terminar completamente confundidos.
El pH
Es una medida de la concentración de iones de hidrógeno presentes en el agua. Las moléculas de agua (H₂O) no son estáticas sino que intercambian iones de hidrógeno (H⁺) entre ellas y con otras moléculas presentes en el agua.
A menor pH mayor concentración de iones, a mayor pH menor concentración de iones. Un pH de 7 se considera neutro porque es el pH del agua pura. Si el pH es menor se considera ácido, y si es mayor básico.
Estos iones pueden asociarse con las moléculas de los productos disueltos en el agua cambiando su forma química y por tanto sus propiedades. De esta manera el pH del agua tiene un papel muy importante en la manera en que se comportan las sustancias presentes en el agua.
Un ejemplo: El amoniaco (altamente tóxico) disuelto en el agua se transforma parcialmente en amonio (no tóxico) por la acción de los iones de hidrógeno. Por tanto, a menor pH mayor proporción de amoniaco se convierte en amonio reduciendo su toxicidad.
En la práctica, como ya sabemos, lo preferible es tener una buena filtración que mantenga los niveles de amoniaco a casi cero y que la salud de nuestros peces no dependa del pH.
Se puede medir el pH de manera sencilla usando el azul de bromotimol que se comercializa como un reactivo líquido que varia su color del amarillo al azul dependiendo del pH. No es muy preciso pero es muy fiable.
También se pueden usar tiras reactivas, aunque su fiabilidad suele ser menor. Los medidores electrónicos pueden proporcionar medidas fiables y precisas pero solo si se calibran adecuadamente.
No conviene usar productos para subir o bajar el pH del agua. De manera natural, el agua tiende a tener un pH cerca del neutro, entre 6 y 8.5, siempre que no hagamos cosas raras. Este rango es perfectamente apto para el acuario.
La dureza de carbonatos (KH)
Los grados de dureza de carbonatos o dureza temporal del agua, abreviado dKH, es un indicador de la concentración de carbonatos y bicarbonatos (principalmente de calcio y magnesio).
Los carbonatos neutralizan los ácidos dando estabilidad al pH. En un acuario con un dKH alto, añadir un ácido bajará menos el pH que si el dKH es bajo.
Un valor de dKH muy bajo, por debajo de 3 grados, hace que pH del acuario se pueda desestabilizar con mucha facilidad, por ejemplo al inyectar CO₂ que produce ácido carbónico.
Conviene mantener el dKH a 4 grados o más. Para subirlo podemos usar sales de carbonato de calcio y magnesio. Existen soluciones de sales para subir el dKH que añaden al agua sales necesarias para las plantas, que estas no podrían obtener en aguas con un dKH muy bajo.
No es conveniente manipular los niveles de dKH a no ser que sean inferiores a 3. Normalmente no valdrá la pena.
Valores altos de dKH no suponen un problema para las plantas y peces. Aunque sí que pueden ser un incordio por las incrustaciones de cal que generan en cristales y equipos. Si esto es un problema se puede mezclar con agua purificada para bajar el dKH. Aunque cuidado de no bajarlo demasiado.
El dKH mantiene una relación muy estrecha con el pH y la concentración de CO₂ en el agua. El dKH ideal dependerá de la concentración de CO₂ que deseemos alcanzar, y solo nos debería preocupar si necesitamos imperativamente subirlo.
Existen tests en gotas que nos permiten medir el dKH. Solo es necesario usar los tests si sospechamos que el agua que usamos es muy blanda o usamos agua que pasa por filtros de osmósis (poco aconsejable), o si vamos a inyectar CO₂.
La dureza total (GH)
Los grados de dureza total del agua, abreviado dGH, es un indicador de la concentración de cationes metálicos, principalmente de calcio y magnesio en forma de carbonatos, bicarbonatos y sulfatos.
Valores de dGH bajos son indicativos de niveles bajos de calcio y magnesio en el agua, pudiendo ser motivo de deficiencias en las plantas e invertebrados.
En los casos en que el dGH sea muy bajo, por debajo de 2, o detectemos una posible deficiencia de calcio o magnesio, podemos usar algún producto para subirlo un par de grados. No se necesita más.
Que el dGH sea alto no es un problema, al menos dentro de los límites que se establecen para el agua de consumo.
La turbidez
Ya hemos hablado de la importancia de tener una agua completamente cristalina, indicador de ausencia de desechos orgánicos en suspensión.
Existen dispositivos que miden la turbidez del agua para evaluar su calidad. Como son muy caros, mejor hacerlo visualmente observando el acuario a lo largo de su extensión más larga, normalmente desde un lateral.
La razón de la turbidez del agua del acuario se debe a la presencia de materia orgánica en suspensión y colonias de bacterias. También se puede volver turbia si se remueve el sustrato, pero en este caso será temporal, las partículas en suspensión procedentes del sustrato volverán a sedimentarse al poco tiempo.
La turbidez suele ser un síntoma de una filtración deficiente, que puede ser causada por un problema en el filtro, o un cambio en el acuario que ha aumentado la carga biológica por encima de la capacidad del filtro.
Puede ser el primer síntoma de que algo va mal y la causa de problemas de salud en peces y plantas por lo que no debemos ignorarlo.
Durante el ciclado del filtro es normal que el agua se vuelva muy turbia e indica que se está produciendo el ciclado con normalidad. En este caso lo debemos ver como algo bueno.
La temperatura
Ya hemos hablado con anterioridad de la importancia de la temperatura del agua y de su importancia relativa.
Principalmente afecta a la solubilidad de los gases, especialmente importante en el caso del O₂ y el CO₂. A mayores temperaturas menor solubilidad, por lo que es importante tener una mejor aireación cuanto mayor sea la temperatura.
Puede afectar a la medición del pH aunque la variación es tan pequeña que no necesitamos tenerlo en cuenta. En general, las mediciones de pH son válidas para temperaturas de 25 °C con un error despreciable en todo el rango de temperaturas aptas para los peces.
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